El confinamiento que estamos viviendo empieza a pesar ya en estos días ¿verdad? Sin saber qué es lo que será de nosotros en las próximas semanas, con pocas esperanzas de poder disfrutar de los tesoros de Aragón ni sentir la libertad de recorrer sus senderos, montañas o páramos en un futuro cercano, todo parece terrible.
Pero me niego a dejarme llevar por la tristeza, este virus no va a poder con nosotros. Así que hoy he decidido, para contrarrestar el decaimiento, hacer un viaje virtual a uno de los lugares en el que más feliz he sido, Rodenas.
Probablemente no lo conozcas, pero no te preocupes, después de haber leído este artículo, lo conocerás un poquito más y seguramente quieras programar un viaje para visitarlo cuando todo esto acabe. ¿Me acompañas?
¿Dónde está Rodenas?
Para ponernos en situación, Rodenas es un pequeño pueblo situado en la parte noroeste de la provincia de Teruel. Pertenece la comarca de la Sierra de Albarracín y limita con la provincia de Guadalajara.

Se encuentra a un altitud de 1.371 metros sobre el nivel del mar. Estas características hacen que Rodenas sea un pueblo frío, en el que todavía sigue nevando todos los inviernos, y en el que durante las noches de verano hay que llevar una chaquetita y dormir bien tapado.
Rodenas, un pueblo rojo con nombre de piedra
El nombre de Rodenas viene dado por la piedra de rodeno, una piedra de arenisca roja que proviene del Triásico Inferior que invade el paisaje del pueblo.
Rodenas está construido bajo un río de piedras rojas con formas imposibles que desemboca en el pueblo. Cuando vas por la carretera, tras un viaje tranquilo por páramos y llanuras de cereales, de repente aparecen esas moles rojas de arenisca y no puedes dejar de mirarlas, como esperando a que fuesen a moverse.
Qué ver en Rodenas
A pesar de ser un pueblo pequeñito, Rodenas tiene muchos secretos escondidos que merece la pena conocer. Forma parte del Parque Cultural de Albarracín y cuenta entre otros con estos atractivos culturales y naturales.
Navajo, el lavadero de piedra roja
En una de las entradas del pueblo, la más cercana a la provincia de Guadalajara, se encuentra el Navajo, un antiguo lavadero de la Edad Media formado por pilas individuales de piedra de rodeno alineadas en hilera. Consta de ocho piletas, tres grandes para lavar la ropa de hogar, y cinco pequeñas para la ropa de vestir. Además de las piletas, por supuesto también hay dos pozos. Uno de origen romano, con forma cuadrada que no da agua potable, y otro de origen árabe de forma redonda que sí que da agua potable.

Este lavadero tuvo el uso que le corresponde hasta mediados del siglo XX. Sin embargo los niños del pueblo también lo disfrutaban para darse un baño durante los veranos, doy buena fe de ello.
Ermita de la Vírgen de los Poyales
Del Lavadero del Navajo surge un camino que te lleva hasta la Ermita de los Poyales. Un paseo tranquilo y agradable entre campos de girasoles y de cereales.

La ermita es una construcción múdejar del siglo XVI levantada en piedra de rodeno con una sola nave. Fue restaurada hace unos años y bajo su suelo se encontraron 3 niveles de enterramientos íberos de los siglos IV y V. Además. los atardeceres que caen sobre la ermita en verano son dignos de contemplar.
La cisterna, uno de los emblemas de Rodenas
De vuelta al pueblo, uno de los mayores atractivos de Rodenas es La cisterna. Un aljibe de origen árabe del siglo IX situada en la parte superior del pueblo, donde empieza la ladera. Su función es recoger el agua de la lluvia que baja por la ladera gracias a unos canalillos que hay labrados en la roca.
Está construido con losas de piedra de rodeno, por supuesto, y en la parte superior se levanta una pequeña torre circular rematado con una pequeña cúpula de hierro. Es una construcción casi única en España declarada Bien de Interés Cultural, y eso, nos hace sentir muy orgullosos a todos los que queremos tanto a este pueblo.
Durante las noches de agosto, las lluvias de estrellas son todo un acontecimiento, la cisterna es el lugar elegido para tumbarse en la roca todavía caliente del sol del día y disfrutar del espectacular cielo que se abre ante los ojos. Para la gente de Rodenas, La Cisterna es un lugar de reunión en las noches de verano. Un lugar perfecto para cenar bajo la luz de las estrellas o para contar historias de aquí y de allá.
Antigua Iglesia de Santa Catalina
Justo a las faldas de la ladera de arenisca roja se encuentra lo que parece que fue la primitiva Iglesia de Rodenas. Al parecer fue construida a finales de siglo XIII o principios del XIV. Lo que queda en pie de ella, dos pequeñas capillas, es de estilo gótico temprano y está construida, como no podía ser de otra forma, de piedra de rodeno. En el espacio que queda frente a las capillas se hicieron excavaciones en las que se encontraron numerosos restos humanos de enterramientos. Por ello en el pueblo se le conoce como el antiguo cementerio.

Iglesia de Santa Catalina de Rodenas
Ya en el centro del Rodenas, en su plaza, se alza la Iglesia de Santa Catalina. Una de las mayores construcciones de la localidad que data de la segunda mitad de siglo XVI. La antigua Iglesia se quedaba pequeña y era necesario un nuevo templo.
Es una construcción de estilo gótico renacentista levantada en mampostería de rodeno, con una nave central, siete capillas a los lados y una portada renacentista de líneas clásicas. Desde 2.002 está declarada como Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón.

En su interior destacan varios elementos: la crucería estrellada de sus bóvedas; el coro elevado sobre las últimas capillas y varias obras artísticas de gran interés como el retablo de San Juan Bautista de 1.430 (Escuela Internacional); el retablo mayor de Santa Catalina del siglo XVII; o un púlpito de hierro forjado muy poco común en la zona.

En altura únicamente destaca su torre del campanario, de planta cuadrada en su base y octogonal en el último tramo. Además, y como curiosidad, para dar inicio a las fiestas que se celebran en verano, los mozos del pueblo solían subir a lo alto de la torre para voltear las campanas como pistoletazo de salida a los días de fiesta. Desgraciadamente, desde hace unos cuantos año ya, no se puede subir al campanario por su débil estado de conservación.
Viejas casas solariegas, testigos del paso del tiempo en Rodenas
Darse una vuelta por las calles de Rodenas es todo un placer. Cero ruidos, aire fresco y puro y años de historia ante tus ojos.
Por los restos arqueológicos y pinturas rupestres que se han ido encontrando por la zona, Rodenas estuvo habitado desde épocas prehistóricas pasando por las diferentes etapas de la historia, época romana, musulmana, edad media… hasta llegar a la actualidad.
Recorriendo sus calles, podrás encontrarte con muestras de la arquitectura civil de hace siglos, como las casas señoriales del Olmo y de los Julianes
Casa de los Julianes
En esta casa vive una de las familias más influyentes del pueblo, la familia Julián. Viven en esta casa desde 1.700 y fueron los dueños del castillo de Rodenas durante el siglo XIX.
La casa de los Julianes está construida con mampostería de rodeno. Destaca su portada, formada por un arco de medio punto en losas de rodeno. Un poco más arriba lucen cuatro balcones de hierro forjado con mampostería de la piedra rodena. Y en lo alto de la fachada aparecen unos ventanucos pequeños que dan donde probablemente se encontraba el granero, donde se dejaban las piezas del cerdo para que se curaran. En casi todas las casas de esta zona había una estancia dedicada a este menester, ya que el aire de la sierra es uno de los factores más importantes para hacer el buen embutido que hay por la serranía.

A lo largo de la fachada, en ambos lados del arco, una bancada de piedra roja, o poyo como lo llaman aquí, que sirve de asiento perfecto para salir a tomar la fresca en las noches de verano.
Casa del Olmo
Esta casa está situada al lado de lo que fue la primitiva Iglesia de Rodenas. El edificio está conformado por dos partes bien diferenciadas, aunque construidas con los mismos materiales. Ambas pertenecen a siglos diferentes, la más antigua construida en 1.360 y la más moderna que fue una ampliación hecha en 1.600.
En esta casa vivió una familia muy importante de la provincia de Teruel, los Martínez Rubio, que tenían su residencia habitual en Albarracín o Teruel. Por ello, uno de los personajes más ilustres que ha dado Rodenas vivió en esta casa. Don Pedro Martínez Rubio, fue Deán de la Catedral de Teruel, Virrey de Nápoles y Arzobispo de Palermo.

Es muy posible que esta casa fuera también propiedad, en su época, de la orden de los Antonianos, una orden religiosa y militar fundada por San Antonio Abad.
Existen más ejemplos de casas señoriales, solo hay que dejarse llevar por los rojizos rincones de Rodenas.

Casa Valeros

Casa Patro, antigua tienda del pueblo de Rodenas donde había de todo
Centro de Interpretación de los secretos del rodeno
Justo al lado de la Casa de los Julianes se encuentra el Centro de Interpretación de los secretos del rodeno. Lo que ahora alberga a este centro fue antiguamente el horno del pueblo.
En su interior podrás conocer cómo es el paisaje del Parque Cultural de Albarracín. Un territorio dominado por el característico pino de rodeno y por sus areniscas rojizas. Y también, descubrir cómo ha sido la relación que el hombre ha tenido con este entorno natural tan singular. Para finalizar la visita en este centro, podrás escuchar una serie de leyendas que tienen como escenario la Sierra de Albarracín.

Eso sí, si quieres poder realizar la visita tendrás que reservar cita previa llamando al 978 70 10 76.
La Isilla, el lugar perfecto para hacer un alto en el camino
A las afueras del pueblo, en dirección hacia otro de los atractivos de la zona (apenas 3 km), en dirección al Castillo de Peracense, está situada La Isilla. Una arboleda que hace de lugar de descanso para el visitante.
La Isilla es un lugar de encuentro para los rodeneros ya que durante las fiestas populares que se celebran en agosto, todo el pueblo, con sus mesas y sillas plegables o con sus mantas para poner sobre el suelo, se reúne allí para disfrutar de una comida campestre entre jamón, vino y tortillas de patata.

Hasta hace unos años, cuando todavía se permitía hacer fuego en espacios abiertos, el último día de las fiestas los propios habitantes del pueblo cocinaban un tradicional guiso de patatas y cordero para todo el pueblo. En la actualidad, esta comida se ha sustituido por una paella popular que se hace en un espacio habilitado para ello.
Castillo de Rodenas
Rodenas fue durante muchos siglos un enclave muy importante debido a su posición estratégica entre las tierras de Albarracín y las de Castilla. Sus orígenes parecen remontarse más allá de la época árabe. Ya en las poblaciones íberas se construían defensas en los lugares más altos y rocosos como refugio ante posibles ataques. Cobraría todavía mayor importancia durante la época árabe, allá por los siglos X y XI, y posteriormente bajo el señorío de Albarracín, seguiría siendo de vital importancia para mantener el dominio del territorio de los Azagra.

Este castillo es un claro ejemplo de cómo las construcciones se mimetizan con el entorno natural. El Castillo de Rodenas fue levantado sobre una gran roca de arenisca roja que se erguía en lo más alto de la ladera que protege al pueblo. Al ser un territorio geográficamente estratégico que separaba los reinos de Aragón y Castilla, fue atacado en innumerables ocasiones, de ahí que queden tan pocos restos de lo que fue esta fortaleza.

Subir hasta el Castillo de Rodenas tiene una maravillosa recompensa, contemplar las vistas que hay desde su altitud. Desde lo alto, se pueden ver tierras las tierras de Castilla, la Laguna de Gallocanta, el Valle del Jiloca, la Sierra Palomera, el Castillo de Peracense, las parameras de Pozondón y la silueta que conforma la Sierra de Albarracín. Todo un lujo que no te puedes perder si te animas a visitar el lugar.
Arte rupestre en Rodenas
Rodenas es una de las zonas de la Sierra de Albarracín donde más arte rupestre y grabados prehistóricos se han encontrado. Estas representaciones forman parte del atractivo del Parque Cultural de Albarracín, además del paisaje protegido de los pinares de rodeno, también están declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

A lo largo de la ladera de Rodenas, es posible encontrar numerosas representaciones grabadas en las piedras o abrigos. Algunos de los nombres más conocidos de estos abrigos o piedras grabadas son Moricantada, Piedra La Virgen, Morrón Blanco, Trascasas, Peña Grande y Peña Chica.
El Hoyón de Rodenas
Otro de los espectaculares atractivos naturales que ofrece Rodenas es El Hoyón. Una enorme dolina de origen karstico entre Rodenas y Pozondón.
Entre los extensas llanuras aparece una enorme sima o dolina de forma circular casi perfecta que resulta impresionante contemplar. Con casi 300 metros de diámetro y unos 50 de profundidad es la dolina más grande de la zona y es considerada como una de las más espectaculares de España.

Y no, esto no lo ha hecho un ovni 😛
¿Se puede comer y dormir en Rodenas?
¡Por supuesto que sí! Y además muy bien.
Rodenas, tiene dos casas rurales muy acogedoras y demandadas en el buen tiempo. La casa de la abuela María y Casa rural Espigas Altas. Así podrás establecer el centro base en Rodenas y poder disfrutar de todos los encantos y atractivos que ofrece la Sierra de Albarracín, y Rodenas, por supuesto.
Si te gusta comer bien, ¡estás de enhorabuena! Rodenas tiene uno de los pocos restaurantes que hay por la zona, el Restaurante Los Poyales. Situado en el centro del pueblo, en un entorno apacible y relajado, con una magnífica terraza ajardinada para poder disfrutar desde primera hora de la mañana hasta que cae el sol.
Ofrecen una rica y variada carta basada en productos de proximidad, de la tierra, con una gran calidad, y con guiños a la cocina moderna. Muy muy recomendable, seguro que sales encantadísimo, eso sí, si quieres ir, reserva antes porque suele estar bastante concurrido, sobre todo en verano.
Tampoco puedes irte de Rodenas sin probar su queso. Queso Artesano El Rodeno, es la quesería del pueblo. Los quesos son elaborados de forma artesanal con la leche de las ovejas que ellos mismos crían.
El queso que fabrican se llama El Aljibe, y son quesos de oveja, con diferentes maduraciones: queso añejo, queso curado, queso semicurado y queso de leche cruda. Si eres un quesero reconocido, te encantarán, son quesos con mucho sabor y sobre todo muy naturales.

Además podrás encontrar muchos más productos de la zona, como embutidos, miel, mermeladas… Vamos, que no podrás irte de ahí sin haber picado algo 😉
¿Qué te ha parecido el viaje virtual del hoy?
Rodenas es un pueblo para perderse y encontrarse al mismo tiempo, para disfrutar de la espectacular naturaleza de su entorno, para valorar lo que tenemos tan cerca y que tanto desconocemos, para contemplar lo maravilloso de una simple pero impresionante puesta de sol, o para volver a ser un niño al ver las estrellas fugaces caer ante tus ojos.
¿Te animas a visitarlo? ¡Cuéntanoslo!