“Al pan, pan y al vino, vino” ¿Habéis escuchado alguna vez esta expresión? Pues bien, la frase alude a la necesidad de llamar a las cosas por su nombre, prescindiendo de artificios y florituras, algo que a menudo olvidamos. Hoy vamos a llamar al pan, pan –nunca mejor dicho- y vamos a meternos en harina hasta las cejas. El vino lo dejaremos para otra ocasión.